sábado, 6 de julio de 2013

El lobo estepario



El Lobo Estepario (1927) es quizás la novela más innovadora de Hesse.

La doble naturaleza artista-héroe  (humana y licantrópica), le lleva a un laberinto de experiencias llenas de pesadillas; así, la obra simboliza la escisión entre la individualidad rebelde y las convenciones burguesas.

Harry sale a caminar y descubre una serie de leyendas que llaman su atención, por ejemplo la entrada al Teatro mágico, con la inscripción de entrada no para cualquiera. De regreso a casa cruza un callejón y ve a un muchacho que carga un letrero del mismo teatro y lleva un cajón que Harry desea comprar, el muchacho saca del cajón un folleto que le entrega y se va. En el título del folleto puede leerse:

Tractat del lobo estepario. No para cualquiera”.

El documento cuenta la historia del lobo estepario:

“Erase una vez un individuo de nombre Harry, llamado el lobo estepario. Andaba en dos pies, llevaba vestidos y era un hombre, pero en el fondo era, en verdad, un lobo estepario”.

Dicho estudio cuenta la teoría de los llamados lobos esteparios: sus características, sus actitudes, las circunstancias que los determinan, sus sueños, sus virtudes y sufrimientos. Harry es un personaje con una dualidad muy marcada cree llevar en su pecho dos almas (lobo y hombre) además, continua el texto haciendo un desglose de la personalidad lobuna de Harry.

Harry reflexiona sobre la muerte a través del suicidio. Una gran cantidad de preguntas le pasan por la cabeza y decide salir a dar otro paseo en busca del muchacho del letrero, en la calle se encuentra con una multitud de gente rumbo al cementerio y ahí cree ver al chico, le pregunta si habrá una velada, el muchacho parece no entender y sólo le dice que si su cuerpo se lo pide vaya al Águila Negra.

Recorre varias tabernas de la ciudad y finalmente por un suburbio extraviado llega al Águila Negra. Al llegar al restaurante, Harry ve a una muchacha que llama su atención y se sienta a platicar con ella, él le cuenta lo sucedido en casa del profesor y le explica que no puede llegar a su casa porque algo terrible lo espera (el suicidio), la chica le dice que ella tiene que irse pero que él puede hospedarse en uno de los cuartos del lugar. Según Armanda, Harry cumplirá cada una de las órdenes que le dé y concluye diciéndole que hará que se enamore de ella para después ordenarle que la mate. 

La existencia de Harry es una constante reflexión sobre lo que lo rodea. Continúa sus lecciones con Armanda y se encuentra con Pablo (un saxofonista amigo), por vía de María y Armanda.

Cierta noche llega el gran día del Baile de Máscaras, Harry acude a la fiesta y presencia toda clase de historias entre los personajes disfrazados. Busca a sus amigas sin ningún éxito y cuando decide retirarse, en la fila del guardarropa, recibe un papel de manos de un hombre, en donde con dificultades se puede leer:

Esta noche, a partir de las cuatro, Teatro Mágico -sólo para locos-. La entrada cuesta la razón. No para cualquiera. 
Armanda está en el infierno”.

Inmediatamente Harry corre en busca de Armanda al salón llamado “El infierno”, en donde encuentra a Armanda disfrazada de hombre. Empieza entre ellos un juego: recorren los salones bailando con las mismas mujeres. Cuando el baile termina y Pablo los invita a una velada muy especial a la que Harry y Armanda no dudaron en aceptar:

-La entrada cuesta la razón- les recuerda. Luego Harry, llega a un pasillo circular en dónde se leen numerosos letreros casi cómicos a la entrada de las habitaciones como: “¡Suicidio deleitoso! ” Te mueres de la risa” “¡Quién tuviera mil lenguas!” “Sólo para caballeros”, “Instrucciones para la reconstrucción de la personalidad. Resultado garantizado”. Entre otros.

El lobo estepario ve pasar la historia de su vida por las salas del teatro. Continúa su recorrido y descubre un letrero que lo atormenta y le hace recordar la promesa hecha a Armanda: “Cómo se mata por amor”.

Harry se ve reflejado en un espejo que multiplica su figura y detrás de unos tapices descubre dos cuerpos tendidos: Pablo y Armanda, sin pensar se acerca a su amada y le clava un puñal en el pecho. Recuerda un poema:

Nosotros en cambio, vivimos las frías
mansiones del éter cuajado de mil claridades
sin horas ni días
sin sesos y edades.
 Es nuestra existencia serena, inmutable
nuestra eterna risa, serena y astral.


Mozart se la aparece a Harry y lo cuestiona sarcásticamente sobre la muerte de Armanda. Pablo le confiesa a Harry estar un poco decepcionado por la forma en que jugó el juego, así es que toma a Armanda, quien se convierte en una figura de juego y la guarda en su bolsillo.

Pero lo que más me hacía falta, por lo que suspiraba tan desesperadamente, no era saber y comprender, sino vida, decisión, sacudimiento e impulso."

“Quisiera o vencer dentro de sí al lobo y vivir enteramente como hombre, o, por el contrario, renunciar al hombre y vivir, al menos, como lobo, una vida uniforme, sin desgarramientos”.

“El día había transcurrido del modo como suelen transcurrir esos días; lo había malbaratado, lo había consumido suavemente con mi manera primitiva y extraña de vivir”.

“Toda especie humana tiene sus caracteres, sus sellos, cada una de sus virtudes y sus vicios, su pecado mortal. A los caracteres del lobo estepario pertenecía el que era un hombre nocturno… La mañana era para él una mala parte del día, que le asustaba y que nunca le trajo nada agradable. Nunca estuvo verdaderamente contento en una mañana cualquiera de su vida, nunca hizo nada bueno en las horas anteriores al mediodía”.

“El camino hacia la inocencia, hacia lo increado, hacia Dios, no va hacia atrás, sino hacia adelante; no hacia el lobo o hacia el niño, sino cada vez más hacia la culpa, cada vez más hondamente dentro de la encarnación humana”.

“Aunque en todas mis dolorosas transformaciones hubiera ganado algo invisible e imponderable, cara habría tenido que pagarlo, y de una a otra vez mi vida se había vuelto más dura, más difícil, más solitaria y peligrosa”.

“Al poseído de Dios le es, sin duda, muy posible afirmar al criminal, y viceversa; pero a ambos, y a todos los seres absolutos, les es imposible afirmar aquél término medio y tibio: lo burgués”.

Confuso y maltrecho volví en mí, la luz blanca del pasillo se reflejaba en el suelo brillante. No me encontraba entre los inmortales, todavía no. Seguía estando aún del lado de acá, con los enigmas, los sufrimientos, los lobos esteparios, las complicaciones atormentadoras”.

“Ha de hacerse cargo del humorismo de la vida, del humor patibulario de esta vida… Usted ha de acostumbrarse a la vida y ha de aprender a reír. Ha de escuchar la música de la radio de este mundo. Claro que usted está dispuesto en este mundo a todo, a todo menos a lo que se le exige”.

"El día había transcurrido del modo como suelen transcurrir estos días; lo había malbaratado, lo había consumido suavemente con mi manera primitiva y extraña de vivir; esto era muy bonito, igual que la lectura en los viejos libros”.

“Uno de estos días como tienen que ser, por lo visto, para mí desde hace mucho tiempo los corrientes y normales...

...el que haya gustado aquellos días infernales, ése ha de estar muy contento con estos días normales y mediocres como el de hoy...”

“... y en el ambiente de tibia pesadez de este aburrimiento medio satisfecho, de esta carencia de dolor tan de agradecer, se parecen los dos como hermanos gemelos, el monótono y adormilado dios de la mediocridad y el hombre mediocre algo encanecido que entona el salmo amortiguado.

Es algo hermoso esto de la autosatisfacción, la falta de preocupaciones, estos días llevaderos, a ras de tierra”.

"No sé cómo es esto, pero yo, el lobo estepario sin hogar, el enemigo solitario del mundo de la pequeña burguesía, yo vivo siempre en verdaderas casas burguesas. Así es, y me gusta también el contraste en el que está mi vida, mi vida solitaria, ajetreada y sin afectos, completamente desordenada, con este ambiente familiar y burgués"

"Ahora ya esto había pasado, este cáliz había sido apurado, y ya no me lo volverían a llenar. ¿Había que lamentarlo? No. No había que lamentar nada de lo pasado".

"Pero, gracias a Dios, no dejaba también de haber excepciones: a veces, aunque raras, había también horas que traían hondas sacudidas y dones divinos, horas demoledoras, que a mí, extraviado, volvían a transportarme junto al palpitante corazón del mundo".

"¿Cómo no había yo de ser un lobo estepario y un pobre anacoreta en medio de un mundo, ninguno de cuyos fines comparto, ninguno de cuyos placeres me llama la atención?".

"Y en efecto, si el mundo tiene razón, si esta música de los cafés, estas diversiones en masa, estos hombres americanos contentos con tan poco tienen razón, entonces soy yo el que no la tiene, entonces es verdad que estoy loco, entonces soy efectivamente el lobo estepario que tantas veces me he llamado, la bestia descarriada en un mundo que le es extraño e incomprensible, que ya no encuentra ni su hogar, ni su ambiente, ni su alimento".

"...El hombre que quería hacer su negocio con esto, no era hábil, era un lobo estepario, un pobre diablo".

"Es maravilloso todo lo que el hombre puede tragar."

"¿Y quién buscaba entre los escombros de la propia vida el sentido que se había llevado el viento, quién sufría lo aparentemente absurdo y vivía lo aparentemente loco y esperaba secretamente aún en el último caos errante la revelación y proximidad de Dios?".

"Soledad era independencia, yo me la había deseado y la había conseguido al cabo de largos años. Era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo espacio frío en que se mueven las estrellas.".

"Buenas noches, tapia; yo no te despierto. El tiempo vendrá en que te derribarán, te llenarán de codiciosos anuncios comerciales, pero entretanto aún estás ahí, aún eres bella y callada y me gustas".

"...Abrí mi cuarto, mi pequeña apariencia de hogar, donde me esperaban el sillón y la estufa, el tintero y la caja de pinturas, Novalis y Dostoiewski, igual que a los otros, a los hombres verdaderos, cuando vuelven a sus casas, los esperan la madre o la mujer, los hijos, las criadas, los perros y los gatos."

"Pero lo que no había aprendido era una cosa: a estar satisfecho de sí mismo y de su vida. Esto no pudo conseguirlo. Acaso ello proviniera de que en el fondo de su corazón sabía (o creía saber) en todo momento que no era realmente un ser humano, sino un lobo de la estepa."

"Se han visto ya muchos hombres que dentro de sí tenían no poco de perro, de zorro, de pez o de serpiente, sin que por eso hubiesen tenido mayores dificultades en la vida."

"Ahora bien, a nuestro lobo estepario ocurría, como a todos los seres mixtos, que, en cuanto a su sentimiento, vivía naturalmente unas veces como lobo, otras como hombre; pero que cuando era lobo, el hombre en su interior estaba siempre en acecho, observando, enjuiciando y criticando, y en las épocas en que era hombre, hacía el lobo otro tanto."

"... pensar y sentir alguna vez al lobo y alguna vez al hombre con libertad y sin molestarse, es más, que en momentos muy raros, hacían los dos alguna vez las paces y vivían juntos en amor y compaña, de modo que no sólo dormía el uno cuando el otro velaba, sino que ambos se fortalecían y cada uno de ellos redoblaba el valor del otro."

"Entre los hombres de esta especie ha surgido el pensamiento peligroso y horrible de que acaso toda la vida humana no sea sino un tremendo error, un aborto violento y desgraciado de la madre universal, un ensayo salvaje y horriblemente desafortunado de la naturaleza. Pero también entre ellos donde ha surgido la otra idea de que el hombre de que el hombre acaso no sea sólo un animal medio razonable, sino un hijo de los dioses y destinado a la inmortalidad”.

"Nunca ha tenido hombre alguno una necesidad más profunda y apasionada de independencia que él."

"Ninguna idea le era más odiosa y horrible que la de tener que ejercer un cargo, someterse a una distribución del tiempo, obedecer a otros. Una oficina, una cancillería, un negociado eran cosas para él tan execrables como la muerte, y lo más terrible que pudo vivir en sueños fue la reclusión en un cuartel."

"El hombre poderoso en el poder sucumbe; el hombre del dinero, en el dinero; el servil y humilde, en el servicio; el que busca el placer, en los placeres".

"Lo que hemos dicho aquí acerca de los suicidas se refiere todo, naturalmente, sólo a la superficie, es psicología, esto es, un pedazo de física."

"Metafísicamente considerada, la cuestión está de otro modo y mucho más clara, pues en este sentido los "suicidas" se nos ofrecen como los atacados del sentimiento de la individualización, como aquellas almas para las cuales ya no es fin de su vida sus propia perfección y evolución, sino su disolución, tornando a la madre, a Dios, al todo".

"Para nosotros, son, sin embargo, suicidas, pues ven la redención en la muerte, no en la vida; están dispuestos a eliminarse y entregarse, a extinguirse y volver al principio".

"Tengo gran curiosidad por ver cuánto es realmente capaz de aguantar un hombre. En cuanto alcance el límite de lo soportable, no habrá más que abrir la puerta y ya estaré fuera". Hay muchos suicidas que de esta idea logran extraer fuerzas extraordinarias.

"Fijó la fecha en que cumpliera cincuenta años como el día en el cual había de poder permitirse el suicidio. En dicho día, así lo convino consigo mismo, habría de estar en libertad de utilizar la salida para caso de apuro, o no utilizarla, según el cariz del tiempo.

"Entonces verían la gota en las articulaciones, la melancolía, el dolor de cabeza y el dolor estómago dónde se quedaban".

"Lo burgués, pues, como un estado siempre latente dentro de lo humano, no es otra cosa que el ensayo de una compensación, que el afán de un término medio de avenencia entre los numerosos extremos y dilemas contrapuestos de la humana conducta”.

"Otro era que había que había que clasificarlo entre los suicidas. Aquí debe decirse que es erróneo llamar suicidas sólo a las personas que se asesinan realmente."

"Yo tengo de ti la sospecha que te tomas el amor demasiado en serio".

"No estoy contento con ser feliz, no he sido creado para ello, quiero más".

"Eres demasiado exigente y hambriento, el mundo te rechaza, tienes para él una dimensión de más".

"A los verdaderos hombres no les pertenece nada. El tiempo y el dinero pertenecen a los mediocres y superficiales".

"Esa risa es lo que cuando un hombre verdadero (Goethe) ha atravesado los sufrimientos, los vicios, los errores, las pasiones y las equivocaciones del género humano y penetra en lo eterno, en el espacio universal.

"Una vida fácil, un fácil amor, una muerte fácil, no eran cosas para mí".

"Así sucedió, que a eso de la una me escabullí para marcharme, era una derrota, un retroceso al lobo estepario".

"En aquellos años en los que la capacidad de amar no abarca sólo a los dos sexos, sino que lo abarca todo".

"El suceso de una fiesta, la embriaguez de la comunidad, el secreto de la pérdida de personalidad entre la multitud".

"Todo humorismo superior empieza porque ya no se toma en serio a la propia persona".

"Me parecía no haber vuelto a querer en mi vida como entonces quise a Rosa".

"Tome en serio lo que es digno, y ríase de lo demás".

"Temías perderla y la has asesinado".

"Usted ha de acostumbrarse a la vida y ha de aprender a reír".

"Los locos que son genios, completan la psicología defectuosa del equilibrio mundial".

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